“Sólo tememos lo que no es verdad”
La herramienta más poderosa para perder el miedo es adquirir conocimiento sobre aquello que enfrentamos. El ser humano teme ordinariamente a aquello creado por sus pensamientos sobre una acción o actividad futura, sin darse cuenta que está magnificado por sus miedos.
Muchas son las personas que tienen miedo a conducir. El miedo crea en ellas falsas creencias catastróficas de dañarse o causar daño, perder la vida, destruir el coche, motivado por propia impericia, parálisis, perder el control ante un imprevisto o una mala acción al volante.
Si en vez de quedártelos y agrandarlos, los cuestionas, los enfrentas, te darás cuenta que miedos son cobardes, se achican hasta desaparecer.
Una forma de cuestionarlos sería:
- ¿Cómo será mi vida en el futuro si no actúo hoy por miedo?
- Cuando dentro de 5 años mire hacia atrás y me dé cuenta de que no actué cuando debía por temor, ¿Cómo me voy a sentir?
- ¿De qué cosas me habré perdido por no haberme atrevido a conducir?
- Imagina este escenario: vas de acompañante en un coche, el conductor se siente mal y te pide que lo sustituyas al volante. Como tú no sabes conducir entrarás en pánico sin saber qué hacer.
- Imagina el mismo escenario (pero en esta oportunidad tú has hecho el curso y las prácticas de conducción y tienes tu carnet .¿Reaccionarías de la misma manera?
Revisa tus miedos habiendo respondido estas preguntas. Plantéate diferentes escenarios desde ambas posturas (no sabiendo conducir y sabiendo conducir) y si aún los miedos no han cedido busca ayuda de un psicólogo para resolver los miedos que coartan tu libertad.
En una oportunidad leí esta frase que comparto: “los pensamientos de miedo llegarán a tu mente, pero es tu decisión ofrecerles una silla para que se queden”.